En 1945, el maestro francés Marcel Carné alcanzó resultados artísticos sublimes con “Los niños del Paraíso”. Rodada en París, en forma semi-clandestina, durante la ocupación nazi, esta producción legendaria representa uno de los triunfos más gloriosos del sétimo arte.
Himno a la libertad
Es un himno apasionado a la libertad y a la solidaridad humana. Además, rinde homenaje al mundo del teatro, tanto en su versión más noble (la pantomima) como popular (el “grand guignol”). Ambientada a finales del Siglo XIX, relata el controvertido romance entre el mimo Baptiste y la cortesana Garance, la cual es codiciada por otros tres hombres: un aristócrata, un anárquico y un actor.
Guión sofisticado
La extensa narración se divide en dos partes: “El boulevard del crimen” y “El hombre blanco”. El sofisticado guión de Jacques Prévert es muy literario y se desarrolla a través de largos monólogos, que les permiten a los soberbios intérpretes lucir lo mejor de sí mismos.
Reflexión poética
Visualmente opulenta, “Los niños del Paraíso” plantea una poética reflexión acerca de la dificultad de alcanzar la felicidad; y la estricta relación entre ficción y realidad, arte y vida.
Los niños del Paraíso
“Les enfants du paradis” (Francia 1945) de Marcel Carné. Con Arletty, Jean-Louis Barrault, Pierre Brasseur, Pierre Renoir.
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