La primera producción hollywoodense realizada por el maestro alemán F.W. Muranu, es una de las obras más maduras, innovadoras y asombrosas de la era silente. Se trata de un emotivo melodrama en tres actos, con un sólido guión de Carl Meyer, basado en un relato de Hermann Sudermann.
Seducción fatal
Seducido por una dama sofisticada, un granjero se deja convencer de asesinar a su esposa, simulando un accidente. Sin embargo, a la hora de la verdad, el hombre es incapaz de cometer el crimen. Su mujer huye horrorizada hacia una gran ciudad, donde ambos se reconcilian; pero regresando a casa, la pareja es sorprendida por una violenta tormenta…
Actuada con sutileza y convicción, la película es dirigida magistralmente por Murnau, quien gozó de una libertad absoluta; y aprovechó esa libertad, para explotar al máximo las posibilidades creativas del medio. Su cámara capta matices psicológicos imperceptibles, mediante una experta utilización del puro lenguaje de las imágenes. Abundan las invenciones visuales impresionantes: uso expresivo de la profundidad de campo, complejos movimientos de cámara y sugestivos plano-secuencias. Los brillantes efectos especiales, a menudo sirven para visualizar pensamientos o enfatizar el estado de ánimo de los personajes. Un logro estético memorable.
“Sunrise – A Song of Two Humans” (EE.UU. 1927) de F.W. Murnau. Con George O’Brien, Janet Gaynor, Margaret Livingstone, Bodil Rosing.
En la primera entrega del Oscar (16 de mayo de 1929), “Amanecer” ganó tres premios: mejor actriz (Gaynor), fotografía y “contribución artística”.

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